Los Tagaeri
Nombre alterno El origen de los Tagaeri (gente de Taga) esta relacionado a su rechazo al contacto forzado con el mundo cowuori impulsado por el Instituto Lingüístico de Verano en la década de 1960.
El jefe guerrero del clan Taga, perteneciente al pueblo huaorani, decidió ocultarse en la selva y mantener su forma de vida ancestral dentro del bosque y alejado de la “civilización”.
Nombre alterno Los tagaeri (también llamados aucas o patas coloradas).
Idioma: Wao Terero, es un idioma no clasificado
Población: Se estima que hay quizás solamente 20-30 el sobrevivir Tagaeri, aunque estos números son inciertos. Ubicación Dentro del Parque Nacional Yasuní viven varios grupos indígenas: Kichwa o Naporuna, Waorani, Tagaeri y Taromenane. División del gran clan Una etnia acostumbrada más a huir de los enemigos que a enfrentarlos, reducida numéricamente, sometida al desplazamiento y a la búsqueda constante de nuevos territorios lejos de los suyos tradicionales, muestran una cultura no precisamente guerrera.
Hasta el siglo XIX ninguno de los pueblos vecinos se refería a ellos como seres particularmente agresivos. Pero el nuevo siglo trajo consigo demasiados acontecimientos inentendibles para los habitantes amazónicos: la explotación del caucho, la llegada de los misioneros, las epidemias, la disputa por territorios, la apertura de caminos, la colonización y la fiebre petrolera. Estos violentos acontecimientos pusieron serias presiones sobre la forma de vivir de los pueblos de la Amazonía, al extremo de acabar con los Tetetes y quebrantar las posibilidades de subsistencia de otros grupos cambiando por completo la geografía humana de la región y el ánimo de sus habitantes. Las disputas internas entre los Huaorani, que se habían agudizado durante los años cuarenta y cincuenta, en los sesenta hicieron inevitable su división. El guerrero huaorani Babe, primo de Taga, recuerda así la división del gran clan: “Kimontare era hermano de mi papá. Cuando murió mi padre, Kimontare cogió el mando. Fue todavía más cruel que Nihua. Aumentaron las peleas en la familia. Por la pena de la muerte de su papá, Dabo mató a Buganei, la preferida de las mujeres de Nihua, con cinco lanzas. También mató a Kimontare. Por eso su familia, liderada por su hijo mayor Taga, abandonó la región. Name y muchos otros, hasta unos quince, estaban con él; los Tagaeri corrieron hacia abajo, nosotros fuimos hacia arriba. Entre la "tradición y la civilización" Los tagaeri pertenecen a una rama de la etnia huaorani que ha permanecido sin contacto con la civilización, y tras los hechos de noviembre, en enero de 2001 volvieron a mostrarse. Fueron vistos por un grupo de turistas a los que pretendieron atacar, cerca de la comunidad de Bataburo, aseguró Richard Ima, dirigente huaorani de la zona. "Al principio los extranjeros trataron de fotografiarlos creyendo que se trataba de huaoranis civilizados, pero al notar la violencia con la que se acercaron, los guías realizaron disparos al aire para evitar que los turistas sean lanceados", señaló el líder indígena. Ima agregó que han podido identificar a dos grupos de tagaeri, uno que ha sido avistado en ocasiones anteriores, que tiene como líder a Taga, y otro, que es comandado por Taromenalli; ambos grupos viven en bohíos que han sido ya localizados por los huaoranis de su comunidad, en las riberas de los ríos Cuchillacku, Tigüino y Bataburo, en la provincia de Pastaza. "Están armados con lanzas de hasta dos metros y medio de largo y con pelo hasta las caderas, que andan completamente desnudos y son muy temidos por su violencia ya que matan sin piedad", dijo Ima. La intención de Richard Ima, de localizar y civilizar a los pata colorada, fue rechazada por la Organización de la Nacionalidad Huaorani de la Amazonia Ecuatoriana (Onhae), con sede en Puyo. "No podemos prestarnos para que sean sometidos a la civilización del blanco, pues es el único grupo que conserva intactas nuestras tradiciones huaoranis ancestrales, que se perdieron con la evangelización del Instituto Lingüístico de Verano, entre 1957 y 1967", señaló Niwtza y culminó diciendo que los tagaeri se ven obligados a salir de su territorio ante el acoso de colonos, petroleras e indígenas de otras etnias. El ritual de las lanzas El primer aparecimiento fugaz de los tagaeri se remonta al 20 de enero de 1956, en el río Curaray, cuando fueron asesinados cinco estadounidenses. En 1971, en el río Tiputini murió lanceado un cocinero de la compañía Western. En 1977, en el río Tivacuno fueron lanceados tres trabajadores de una petrolera. El 21 de julio de 1987, cerca del río Tigüino fueron asesinados monseñor Alejandro Labaca y la hermana Inés Arango. En 1993 en el río Cuchiyacu fue lanceado el huaorani Carlos Omene. El caso que transformó a los tagaeri en noticia internacional y que luego el escritor y periodista colombiano Germán Castro Caycedo lo transformó en tema de un libro, fue el de 1987, cuando más de 100 lanzas acabaron con la vida del obispo de Coca, Alejandro Labaca, y la religiosa Inés Arango, que llegaron en helicóptero a territorio auca para conversar con ellos. Los religiosos intentaban contactarse con los tagaeri para ponerles al tanto de la avanzada petrolera y analizar medidas para ayudarlos. "Los clavaron en el suelo amazónico que tanto amaban, inmolados sobre el altar del petróleo", comentó Tassi. Esa fue la primera vez que los occidentales escucharon hablar de este "temible pueblo guerrero", definido por el investigador Miguel Angel Cabodevilla como el último grupo de indígenas no contactados que deambulaban por la selva como fantasmas errantes, armados de lanzas, desnudos, defendiendo su espacio vital. "Ese espacio vital es recorrido incesantemente por los aucas, quienes lo van marcando con sus lanzas y pisadas", dijo Tassi. "Catorce años después de lo que ocurrió con los religiosos, se vuelve a repetir el mismo ritual de las lanzas pero esta vez con indígenas de otro pueblo".
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